El consentimiento del cliente en la terapia ABA

10.05.23 10:52 AM - Por Cristina Martínez

Por: Cristina Martínez

M.B.A, M.S, BCBA, LBA



El consentimiento del cliente en la terapia ABA

Por: Cristina Martínez

M.B.A, M.S, BCBA, LBA



El consentimiento del cliente en la terapia ABA

El Código Deontológico de la BACB especifica claramente la necesidad de obtener el consentimiento de los padres y/o cuidadores para la aplicación de la terapia ABA. La actualización de 2022 de este documento avanza hacia el establecimiento del asentimiento del cliente como elemento fundamental en la práctica de la terapia ABA. Y decimos que avanza no sólo porque da un paso más en el camino hacia el respeto al cliente, a sus preferencias, a sus intereses, sino también porque asegura que el cliente está implicado en su propio proceso de intervención y que está motivado y comprometido. En definitiva, estamos hablando de garantizar los mejores resultados posibles con nuestro trabajo, y que los objetivos marcados se consigan en menos tiempo y con mayor eficacia.

Es importante reconocer la diferencia entre el consentimiento de los padres y cuidadores y el asentimiento del cliente: El consentimiento del cliente puede ser verbal o no verbal y es de naturaleza continua. El consentimiento de los padres es de naturaleza legal y a menudo se da en nombre de los niños, la mayoría de los cuales son menores de edad, de ahí la complejidad del asentimiento del cliente, dado que, independientemente de la edad del cliente y de sus habilidades de comunicación, su opinión es esencial en el diseño e implementación de la terapia ABA.

La responsabilidad de anteponer en todo momento los intereses y la seguridad del cliente a cualquier otro elemento no es exclusiva de los profesionales de ABA. De hecho, se trata de un esfuerzo conjunto en el que participación de los padres es esencial. Es imperativo que todas las personas implicadas en el proceso terapéutico aprecien la importancia del asentimiento del cliente, reciban formación y desarrollen habilidades en torno a su medición. Para ello:

- escuchar al cliente es muy importante. Las estrategias de comunicación pueden variar en función de cada individuo, y la identificación de señales verbales, extraverbales o actitudinales puede ser la clave para entender lo que el cliente quiere transmitir;

- el asentimiento del cliente también implica su retirada. Los terapeutas, analistas y cuidadores deben estar continuamente atentos a pistas que puedan indicar que el cliente no se siente cómodo con lo que está ocurriendo. En tal caso, deben preguntarse si la actividad propuesta era extremadamente difícil, si el estímulo era aversivo o si los reforzadores se utilizaron adecuadamente;
- La evaluación temprana de los efectos potenciales de una actividad concreta debe incorporarse como práctica habitual. De este modo se garantiza que puedan tomarse medidas para modificar la tarea de modo que el cliente se sienta lo más cómodo posible;
- es aconsejable considerar varias opciones para las actividades previstas. Algunas pueden ajustarse mejor a los intereses del cliente y, en este sentido, mostramos respeto y compasión hacia él;
- debe establecerse una comunicación abierta y transparente, de modo que se expongan claramente todas las variables que intervienen en la aplicación de la terapia. En este sentido, es esencial definir pautas que les ayuden a comprender las expectativas y anticipar los objetivos del proceso;
- debe realizarse un trabajo intensivo de emparejamiento. El terapeuta o analista debe convertirse él mismo en un reforzador, y así asegurarse de que el cliente recibe tanto su presencia como el trabajo que realiza de forma gratificante;
- es básico promover una enseñanza naturalista y un aprendizaje divertido. Más allá de su importancia para la generalización de las habilidades trabajadas, estos elementos garantizan que un cliente se implique de forma natural y feliz en la terapia de la que es protagonista.

Un cliente es un ser autónomo, y éste es un derecho que debe respetarse. En ABS, nos comprometemos a prestar nuestros servicios con la máxima calidad. Al hacerlo, nos aseguramos de que el impacto de nuestra presencia en la vida de las familias sea positivo... y, para ello, debemos poner al cliente en primer lugar. Somos conscientes de ello, y nos aseguramos de que cada uno de nosotros no sólo lo ponga en práctica, sino que abogue por ello.

Cristina Martínez