Horarios para niños con autismo

16.10.23 03:11 PM Por Cristina Martínez

Por: Cristina Martínez

M.B.A, M.S, BCBA, LBA

Coautora: Ariadna Martin, 

MS


Horarios para niños con autismo.

Por: Cristina Martínez

M.B.A, M.S, BCBA, LBA

Coautora: Ariadna Martin, 

MS


Horarios para niños con autismo.

En el reto de criar a nuestros hijos, hay una cosa que nuestros padres suelen transmitirnos y que sólo desde nuestra propia experiencia como cuidadores -y profesionales de ABA- podemos entender su importancia: el horario. Establecer un horario, y cumplirlo, es fundamental para facilitar la educación de nuestros hijos y para crear una fuerte conexión entre cuidador e hijo.

Para los niños con autismo, la programación es especialmente relevante, debido a sus patrones repetitivos de comportamiento, actividades y aficiones. El cumplimiento de una rutina establecida puede ser una herramienta poderosa para aportar estabilidad y comodidad a sus vidas. Sin pretender abarcar todas las razones que apoyan esta afirmación, he aquí algunas de ellas:

  • Previsibilidad y rutina: Los niños autistas suelen prosperar en entornos estructurados y predecibles. Un horario bien definido proporciona una sensación de rutina y previsibilidad, que puede ayudar a reducir la ansiedad y la incertidumbre.
  • Mejora de la comunicación: La coherencia en las rutinas diarias puede ayudar a desarrollar y mejorar las habilidades de comunicación. Cuando los niños saben qué esperar, les resulta más fácil expresar sus necesidades y preferencias.
  • Reducción de la ansiedad: Muchos niños con autismo experimentan una mayor ansiedad en situaciones desconocidas o impredecibles. Un horario constante puede ayudar a reducir la ansiedad al proporcionar un entorno estable y controlado.
  • Desarrollo de habilidades: Los horarios pueden utilizarse para incorporar intervenciones terapéuticas, educativas y conductuales. Esto permite el desarrollo de habilidades esenciales para la vida y se dirige a retos específicos a los que pueden enfrentarse los niños con autismo.
  • Transiciones: Las transiciones entre actividades o lugares pueden resultar difíciles para algunos niños autistas. Un horario puede incluir señales visuales y avisos para que las transiciones sean más suaves y menos angustiosas.
  • Independencia y autorregulación: Un horario estructurado puede ayudar a los niños autistas a aprender a autorregularse. Pueden aprender gradualmente a gestionar sus propias rutinas, lo que puede ser una habilidad vital para la vida.
  • Interacción social: Los horarios pueden utilizarse para facilitar la interacción social incorporando actividades de grupo y encuentros de juego entre iguales. También ayuda a los niños a comprender las normas y expectativas sociales.
  • Rutina de sueño: Una rutina constante a la hora de acostarse es especialmente importante para los niños con autismo, ya que muchos pueden experimentar trastornos del sueño. Un horario puede promover patrones de sueño saludables.
  • Apoyo a los cuidadores: Tener un horario predecible puede beneficiar no sólo a los niños, sino también a sus cuidadores. Permite a padres, profesores y terapeutas planificar y organizar su apoyo de forma más eficaz.
  • Medir el progreso: Un horario puede servir de herramienta para seguir los progresos del niño. Ayuda a supervisar los logros, fijar objetivos y ajustar las intervenciones según sea necesario.

Es importante tener en cuenta que, aunque los horarios pueden ser muy beneficiosos, el nivel de estructura necesario puede variar de un niño a otro. Algunos niños con autismo pueden beneficiarse de horarios muy detallados y rígidos, mientras que otros pueden prosperar con más flexibilidad. A veces, es esencial enseñarles a tolerar cambios en esos horarios. Los enfoques individualizados, en consulta con los profesionales, pueden ayudar a determinar el horario más adecuado para las necesidades únicas de cada niño. 

No dude en ponerse en contacto con nuestro equipo de ABS para recibir orientación y apoyo sobre este y otros temas. Estaremos encantados de contribuir a mejorar el futuro de nuestros hijos.

Cristina Martínez