Por: Cristina Martínez
M.B.A, M.S, BCBA, LBA
Hace apenas unos meses el mundo se conmocionó ante una de las noticias más expectantes de los últimos años. Marc Mark Zuckerberg, como propietario de Facebook, Instagram, WhatsApp y la firma de realidad virtual Oculus ha anunciado que su holding ha pasado a llamarse Meta y busca cambiar el modo en que nos relacionamos en estas aplicaciones. La promesa es de un cambio positivo en la forma interactuar con la realidad y asegura que, en un futuro cercano, tendremos una mejor vida gracias al internet y al Metaverso. ¿De qué se trata?
El término Metaverso hace referencia a una realidad alternativa donde los usuarios, a través de personajes ficticios denominados “avatar”, se relacionan y realizan múltiples actividades como lo harían en la realidad física concreta.
Para entender mejor este proyecto, que parece sacado de una historia de ciencia ficción, debemos imaginarnos un “entorno virtual” en el que podremos entrar e interactuar, en lugar de mirar una pantalla. Básicamente a través de tu avatar podrás trabajar, reunirte con amigos, jugar basquetbol, comprar, ir un concierto o visitar cualquier ciudad sin salir de tu habitación y experimentarlo como si realmente estuvieras ahí.
Sin embrago, no todo es luz en este futurista proyecto tecnológico. Hay muchos lados oscuros y riesgos que preocupan a la comunidad científica. La realidad es innegable; acompañando a las maravillas y ventajas de la hiperconectividad virtual el Metaverso podría representar un grave peligro para la esencia humana si no sabemos controlarlo.
Especial atención bebe prestarse a las consecuencias que a corto o largo plazo pudieran afectar el desarrollo psicológico y por tanto el comportamiento humano. Uno de los mayores riesgos al respecto radica en el posible deterioro de las relaciones sociales. Mientras tienes la capacidad de conectar con personas en cualquier rincón del planeta, hay expertos que alertan sobre una diminución y alteración en las interacciones sociales tal como las concebimos hoy.
Dicho así, es evidente que muchos desórdenes del comportamiento y otras alteraciones psíquicas, serán foco preocupante a partir del uso irresponsable y descontrolado de esta tecnología ¿Podrá el Metaverso ser especialmente riesgoso para las personas con TEA? Si bien aún es muy precoz aventurarse a dar un criterio certero sobre un proyecto en desarrollo todo apunta a que así será.
Dar mayor valor a la interacción digital y disminuir la comunicación cara a cara limita el desarrollo de habilidades sociales y favorece la dependencia, la inseguridad, los miedos, el aislamiento y la falta de empatía que puede llegar a niveles patológicos. Como padres debemos estar conscientes de estos riesgos y prevenirlos desde un uso responsable e inteligente de la tecnología.
El problema no son las relaciones sociales virtuales, de hecho, es cierto que la hiperconectividad nos hace la vida más fácil.
El problema está en la sustitución cada vez mayor del contacto y los vínculos sociales en nuestro extorno por interacciones digitales que jamás podrán sustituir a nuestra familia, amigos o compañeros.
En los últimos años mucho se ha hablado (y se ha hecho) sobre el uso terapéutico de las nuevas tecnologías en el autismo. Esto deja claro que desde el control y la responsabilidad son herramientas valiosas en el aprendizaje, el entrenamiento y estimulación de habilidades.
Tomará entre 10 y 15 años crear este espacio virtual llamado Metaverso, tiempo presumiblemente suficiente para prepararnos, aprender a utilizar la tecnología para nuestro beneficio y en función de nuestras vida; no al revés.
En 1982, el novelista J. G. Ballard* predijo que la realidad ya no sería lo que existe afuera, sino aquello que está en tu cabeza. El mismo año que Blade Runner** propuso un mundo aplastado por la contaminación y dominado por corporaciones malignas incluso a costa de vidas esclavizadas. Propongámonos ser lo suficientemente inteligentes no solo para hacer realidad lo primero, sino también para evitar lo segundo.
* James Graham Ballard (J. G. Ballard) fue un escritor inglés considerado el último de los surrealistas y un maestro de la ciencia ficción literaria.
** Blade Runner es un largometraje y primera parte de la franquicia de ciencia ficción del mismo nombre dirigida por Ridley Scott. Describe un futuro en el que se fabrican humanos artificiales denominados replicantes, a los que se emplea en trabajos peligrosos y como esclavos.