Los profesionales de ABA son, por ley, denunciantes obligatorios de casos de abuso infantil. La protección de los niños es un deber de toda persona. Hay cuestiones, como ésta, en las que casi todo el mundo parece estar de acuerdo. Pero, a veces, lo que parece obvio cuando se trata de moral y ética tiene un lado peligroso, que en este caso, significa que algunos elementos pueden ser ignorados debido a la sensibilidad del tema, ya que la psicología humana nos lleva a tratar de pasar por alto o dar explicaciones alternativas a los indicios de que algo inimaginable podría estar sucediendo a puerta cerrada. Y, aunque nuestro equipo recibe formación sobre la importancia de asumir una posición activa de identificación y denuncia de señales que indiquen que un niño está siendo víctima de maltrato o negligencia, entendemos que una revisión de sólo algunas de las consecuencias de este tema puede no abarcar todos los indicios que pueden presentarse o efectos que el maltrato puede tener en la vida de un niño, lo que defiende firmemente por qué los informantes por mandato están capacitados para informar incluso de sospechas de daño.

Además de las lesiones físicas o psicológicas inmediatas que pueden sufrir los niños víctimas de malos tratos, las repercusiones a largo plazo de estas experiencias suelen ser devastadoras y duraderas, incluso durante generaciones.

Varios autores han observado una correlación entre el maltrato infantil y el riesgo de que las víctimas sufran en la edad adulta enfermedades como diabetes, desnutrición, problemas oftalmológicos, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y cáncer, por citar algunas. Por otro lado, también se ha asociado con trastornos en la formación, función o crecimiento adecuado de ciertas regiones cerebrales como la amígdala (implicada en el procesamiento de las emociones), el hipocampo (fundamental para el aprendizaje y la memoria), el córtex orbitofrontal (responsable de la toma de decisiones), el cerebelo (que ayuda en el desarrollo motor y el funcionamiento ejecutivo) y el cuerpo calloso (responsable de la comunicación entre los hemisferios y del desarrollo de habilidades cognitivas como la memoria y el autocontrol).