Medición en ABA

21.04.22 03:21 PM Por Rafa

Por: Cristina Martínez

M.B.A, M.S, BCBA, LBA


La recogida y el análisis de datos son componentes cruciales del Análisis de Conducta Aplicado (ABA). Los clínicos y los profesionales necesitan datos para hipotetizar las funciones que impulsan el comportamiento, elaborar estrategias de intervención y seguir el progreso del cliente. Además, el ABA se centra en conductas definidas objetivamente, y para construir una definición completa, una descripción objetiva de la conducta debe incluir su cuantificación.

Por: Cristina Martínez

M.B.A, M.S, BCBA, LBA


La recogida y el análisis de datos son componentes cruciales del Análisis de Conducta Aplicado (ABA). Los clínicos y los profesionales necesitan datos para hipotetizar las funciones que impulsan el comportamiento, elaborar estrategias de intervención y seguir el progreso del cliente. Además, el ABA se centra en conductas definidas objetivamente, y para construir una definición completa, una descripción objetiva de la conducta debe incluir su cuantificación.

Los procedimientos utilizados para la evaluación del comportamiento y los efectos de la intervención consisten en la recogida continua de datos, que se apoya en un conjunto variado de métodos. La elección del método dependerá de los objetivos fijados para cada caso. Los objetivos, a su vez, se evalúan, redefinen y ajustan constantemente a partir del análisis de los datos que proporciona la propia medición.

Esta condición es quizá una de las bazas de ABA para el verdadero cambio de conducta, la capacidad de reevaluar y ajustar las estrategias de intervención según la dinámica del cliente y los cambios en su entorno. En otras palabras, los cambios conductuales a largo plazo que el ABA logra con eficacia demostrada se basan, en gran parte, en una retroalimentación continua sostenida por la medición.

Registro de frecuencias/eventos y frecuencias

Este método se basa en la dimensión conductual denominada repetibilidad. Se trata de contar y registrar el número de veces que se produce un comportamiento dentro de un marco temporal determinado. Puede ser, por ejemplo, el número de veces que un niño golpea una superficie durante una sesión. Los comportamientos registrados en términos de frecuencia/eventos y tasas deben ser aquellos que puedan contarse o expresarse con precisión en un marco temporal relativamente corto.

Grabación de tiempo o duración

El registro de la duración de un comportamiento puede ser muy útil, especialmente para aquellos comportamientos que se producen muy rápidamente o que varían en su presentación (por ejemplo, el aleteo de manos o las rabietas). Este método de medición se basa en la dimensión del comportamiento denominada extensión temporal.


(Es importante aclarar que estos métodos no son mutuamente excluyentes; a menudo es posible y aconsejable registrar el mismo comportamiento según su frecuencia y duración).

Grabación de latencia

Otra dimensión importante del comportamiento es el locus temporal. Este término se refiere al tiempo que tarda un comportamiento en producirse después de una señal o evento verbal. El registro de la latencia puede utilizarse para conocer la rapidez con la que un niño reacciona a la indicación "para" y, de este modo, tomar decisiones basadas en datos para reducir el tiempo que tarda el niño en responder. Este parámetro puede indicar la eficacia de un plan de comportamiento cuando consigue reducir los tiempos de reacción al estímulo presentado.

Datos ABC (Antecedente - Comportamiento - Consecuencia)

Ya hemos hablado anteriormente de la importancia de identificar las funciones del comportamiento en una entrada del blog de octubre de 2021. Para determinar efectivamente una función, hay que establecer el antecedente y las consecuencias del comportamiento. El registro de datos ABC, a diferencia de los otros métodos, es cualitativo y se basa en la observación, aunque puede complementarse con información cuantitativa. Este método busca establecer los vínculos e hipótesis de interrelación entre los componentes descritos en el nombre (ABC), lo que requiere tiempo y un análisis exhaustivo por parte de los especialistas.


Muchos otros métodos componen el espectro de medición utilizado en las sesiones de ABA, como los datos de la escala de valoración, el registro por oportunidad, el análisis de tareas, el muestreo de tiempo, el análisis de gráficos de dispersión, entre otros. Cada sistema intenta decodificar la compleja red de variables que conforman el comportamiento humano en términos objetivos, cuantificables y precisos, de manera que las intervenciones seleccionadas puedan ser más efectivas operando sobre la base de dichos términos, evaluados continuamente por el análisis visual.

La importancia de la medición en el ABA se manifiesta en varias dimensiones. La descripción de la conducta en términos objetivos y precisos ayuda a solidificar las elecciones de los procedimientos profesionales que se utilizarán en las sesiones, que luego pueden enseñarse a los cuidadores, padres y familiares. Al integrar a las personas más cercanas al cliente en estas estrategias, los cuidadores pueden enriquecer la experiencia y también aprender a evaluar los comportamientos en su momento. Por definición, el ABA es una ciencia cuyos métodos persiguen la fiabilidad y confiabilidad de las intervenciones constantemente, con lo que no sólo se garantiza su eficacia, sino que se establece la transparencia y accesibilidad dentro del complejo y (aún) desconocido universo en el que opera: el comportamiento humano.

Rafa